Muchos ven en el Marketing Político la encarnación misma del infierno, del
mal, de los más oscuros manejos.
Y si además la psicología también ingresa en el menú, y hasta las neurociencias, pues ese infierno parece aún más terrible porque se tiñe de manipulación de masas.
Otros, en cambio, ven el Marketing Político como el paraíso, la panacea, el camino del bien y de la inocencia.
Ni tan calvo ni con 2 pelucas, como decían en mi pueblo.
Ni tanto ni tan poco.
Ni infierno ni paraíso.
¿Purgatorio? Tal vez, tal vez…
Lo que quiero decir es que hay otra forma de ver el tema.
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